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Mujercitas (Little Women)

Actualizado: 20 feb 2020


Fotograma de la película. Mujercitas (Sony Pictures). Vía IMDb


Título original: Little Women

Dirección: Greta Gerwig

Guion: Greta Gerwig. Basado en la novela de Louisa May Alcott

Año: 2019

Duración: 135 min.

Producción: Columbia Pictures / Sony Pictures Entertainment (SPE) / New Regency Pictures / Pascal Pictures / Regency Enterprises. Distribuida por Columbia Pictures

Una sinopsis clásica de esta película sería algo como “Las hermanas March (Meg, Jo, Beth y Amy) son cuatro adolescentes que viven con su madre en una pequeña casa en Massachusetts mientras su padre está en la Guerra Civil. Las hermanas, muy distintas y a la vez parecidas, tendrán que decidir entre sus vocaciones artísticas y lo que el mundo pide de ellas, descubriendo por el camino la importancia de los lazos familiares.”


Y así es como haces un resumen de una película y, a la vez, la medio spoileas.


Por eso, ese no es el resumen que yo haría de Mujercitas, menos aún de la película de Gerwig. En esta nueva adaptación (hay cientos de ellas) seguimos la historia desde la perspectiva de Jo y, además, en un formato de saltos temporales. Comenzamos con Jo en Nueva York, intentando vender la historia de “su amiga”, para más adelante volver 7 años antes, cuando Jo y sus hermanas adolescentes vivían con su madre en su casa de Massachusetts. La película nos muestra dos perspectivas, la de la infancia a punto de ser perdida y la de la madurez recién adquirida. En los 7 años que separan una narración de la otra vemos cambios significativos que en cada una de las hermanas traslucen de manera diferente.


Durante el viaje, las mujercitas comprenden una realidad muy dura: a veces los sueños solo son sueños, no todo lo que esperamos se va a hacer realidad. La única obligación es la de crecer y seguir adelante, con las responsabilidades que aparecen al dejar la infancia atrás y convertirse en mujeres adultas en una sociedad que no les permite ser más que eso: mujeres.


Así es como haces un resumen de la peli y la spoileas del todo, porque ya que lo vas a hacer, lo haces bien.


En fin, ¿qué decir que no se haya dicho ya de la nueva adaptación de la novela de L.M. Alcott de 1868? Casi nada, así que yo solo puedo aportar mi humilde opinión y unas cuantas reflexiones que me surgen tras ver la película y hacer un poco de investigación.

Por mi parte, esta era la primera vez que entraba en contacto con la historia de Alcott, lo sé, es una vergüenza. Sabía de su existencia y tenía intenciones de leer el libro en algún momento, pero como siempre me pasa con los clásicos, un día quiero leérmelos todos de golpe y cuándo he acabado uno, necesito algo de fantasía, algo contemporáneo… lo que sea para desintoxicar de tanta palabrería. El caso es que, al haberla visto con ojos nuevos (alguno diría con los ojos de la ignorancia), puede que diga tonterías o que haya cosas muy obvias que se me hayan pasado. Por otro lado, al pillarme de nuevas creo que Gerwig ha hecho un trabajo maravilloso al aproximar esta obra de hace dos siglos a una audiencia joven.


Gerwig consigue transmitir un sentimiento femenino universal, toma los temas vertebrales de la novela de Alcott y los traslada a las inquietudes actuales. Mantiene el aire del siglo XIX a la vez que logra que nos olvidemos por un momento de los trajes de época y veamos en las hermanas March los sueños frustrados de muchas mujeres. A las March se les ha prometido el universo: podéis ser lo que queráis, haced lo que queráis, sed vosotras mismas… siempre que seáis buenas personas. En su pequeño paraíso familiar, en el que las mujeres reinan, pueden ser cualquier cosa, pero el mundo es otra historia.


Y hablando de las hermanas, me parecen personajes que si no es por la profundidad que adquieren durante el relato parecerían las señoritas totalmente estereotipadas de todas las piezas de época creadas y por crear.


Posters promocionales de Mujercitas (Sony Pictures). Vía IMDb


Meg (Emma Watson) es la hermana mayor, la buena, la responsable, la sensata… que en realidad anhela una vida de lujo, de acomodo, todo aquello que no tiene. Una vida de vanidad que en su casa no se le permite, pero a la vez una vida familiar. Meg quiere ser actriz, desea vivir en un cuento, y en cierta forma lo consigue. Encuentra su príncipe, pero es uno sin blanca, y aunque le ama profundamente e intenta ser siempre la chica buena, una parte de ella siempre pensará en lo que pudo ser.


Interpretada por nuestra querida Emma Watson, parece un personaje hecho a su medida. Meg March es un personaje dulce, pero con un corazón valiente, apasionada, aunque de forma más sutil que sus hermanas. Watson consigue transmitirnos todas sus dudas y sus pasiones con tan solo una mirada o con el tono de una frase.


Jo (Saoirse Ronan) es la hermana menos femenina, la salvaje, alocada, indomable, inteligente y fuera de la norma. Todas las hermanas tienen algo de indomable, aunque Jo y Amy son las más apasionadas. De carácter fuerte y soñadora, Jo no permite que nada se interponga en su camino. Es tozuda y decidida, algo que puede confundirse con madurez, pero en el fondo es una niña pequeña y asustada. La escena previa a la boda de Meg lo muestra muy bien. Jo no quiere que Meg se case, teme perderla, teme quedarse sola, en su casa todo está bajo control, todo es como ellas quieren, el mundo real es mucho más duro. Jo sabe que no se va a casar nunca, pero es menos por convicción propia que por lo que le han dicho los demás. Siempre ha sido el “chico” de la familia y ¿quién querría casarse con una mujer así?


Saoirse Ronan realiza un trabajo maravilloso con su interpretación de Jo, es una merecidísima cuarta nominación a los Oscar y desde ya mismo comienza mi campaña para que se lo den. Ronan consigue, lo que siempre logra con todos sus papeles, una profundidad de personaje increíble y transmitir una emoción sin igual. Conseguimos ver todas las capas de Jo con sutileza cuando es necesario y con crudeza cuando la escena lo requiere. Los niveles interpretativos de Ronan son espléndidos y nunca me cansaré de verla actuar.


Beth (Eliza Scalnen) es la buena, la callada, tímida y con gran talento. Puede que sea la más talentosa de las hermanas. Toca maravillosamente el piano y, durante la película, casi la oímos más a través del instrumento que con su propia voz. El piano es el constante reflejo de Beth, y cuando ella falta, el piano siempre nos recuerda su presencia.


Pese a tener poco diálogo y menos protagonismo, Eliza Scalnen consigue brillar con su actuación comedida. En sus momentos de más protagonismo, cuando está enferma, consigue transmitir a partes iguales sufrimiento, ternura, dulzura… Su preocupación por los demás aun cuando la que está al borde de la muerte es ella misma. Scanlen logra que al cine se le haga un nudo en la garganta cada vez que aparece en la pantalla.


Amy (Florence Pugh) es la hermana pequeña, apasionada, pava y algo egocéntrica. Siempre intenta llamar la atención y quiere hacer lo que hacen sus hermanas mayores. Es muy extrovertida, alegre y algo descocada. Como a Jo, le apasiona el arte, pero su rama no es la escritura, sino la pintura. A pesar de esta presentación tan desbocada, en el periodo de 7 años que separa las dos narraciones, crece tutelada por la tía March, la hermana solterona de su padre que tiene unas ideas muy claras sobre el mundo. Si las hermanas y su familia representan la libertad de espíritu y la alegría del corazón, la tía March representa la razón, el mazo de realidad que debe golpear a las hermanas de vez en cuando a ver si les entra algo de sentido común. Amy comprende el funcionamiento del mundo a través de su tía, y finalmente se vuelve cínica como ella. El mundo es de los hombres y si ella no consigue ser excelente en la pintura, su trabajo debe consistir en encontrar un marido rico para vivir con holgura y poder ayudar a su familia. Durante la película, la tía March se lo dice claramente, “tú eres la única esperanza de la familia”.


Lo cierto es que Pugh ha realizado un esfuerzo interpretativo colosal con su personaje. He de admitir que nunca había visto a esta actriz, lo cual sé que es una vergüenza por mi parte siendo que ha aparecido en Outlaw King (2018), Midsommar (2019) y Malevolent (2018), por citar solo a algunos títulos. Me ha sorprendido muy gratamente y definitivamente veré pronto esas películas, además de seguir su trayectoria. Lo que ha conseguido hacer con Amy March es digno de admirar y, obviamente, también está nominada a un Oscar. Las capas, la evolución del personaje, la comprensión que Pugh ha llegado a tener de este personaje ha hecho de su interpretación, una de las más brillantes de la película.


Mujercitas es una película que puede parecer blanca, un relato muy vainilla sobre las vivencias de estas hermanas, con sus altos y sus bajos. Pero si hurgamos solo un poquito, encontramos grandes dosis de verdad y lecciones morales. En mi opinión Marmie March es quien representa el espíritu de la película, y hay dos escenas que creo que son especialmente reveladoras. La escena en la que le dice a Jo que, a pesar de parecer paciente, ha estado enfadada todos los días de su vida. Enfadada ¿por qué? Parece dar a entender que es porque tiene el mismo espíritu salvaje que Jo, pero creo que la cosa va un poco más allá. Marmie está enfadada por no poder ser ella, por no poder haber hecho lo que quiso, por la injusticia que ve cada día. Ella procura ser buena, caritativa, inculcar a sus hijas valores importantes y de crecimiento personal. Pero, ¿de qué sirve todo eso si la tía March tiene razón? Al final, vemos que ninguna de las dos mujeres tiene la verdad absoluta. Jo consigue escribir su libro, Meg es feliz con su cuento de hadas y Amy consigue casarse con quien ella quiere, un plus añadido es que el muchacho es rico.


Al final, Mujercitas es una oda al amor fraternal frente al amor romántico que siempre se nos ha vendido. Por supuesto, hay amor romántico en esta película, pero lo importante es la relación entre las March. ¿A qué están dispuestas a renunciar cada una de ellas por el bienestar de sus hermanas? Jo renuncia a Nueva York, Meg a su familia, Amy a su felicidad… aunque todo sea pasajero, todas están dispuestas a dejarlo todo por su familia.


Y ese final en el que Jo finalmente escribe su libro, las cartas mirando a cámara y la negociación final. Esa conclusión que el editor le exige y al que ella accede a regañadientes, esos últimos momentos en los que la vida de Jo y la de Alcott se entrelazan. Esos momentos de confusión en los que la historia de Jo y la negociación se mezclan haciendo de la realidad, ficción y de la ficción, realidad. Gerwig homenajea al final que Alcott no quería escribir, pero que se vio obligada a relatar. La fusión de Louisa Marie Alcott con Jo.


Para acabar, lo que NO me ha gustado de la película. Realmente lo único que puedo echarle en cara a Gerwig, es que, analizándolo en retrospectiva, quizá hay cosas que están machacaditas. Hay explicaciones que quizá, en mi opinión, sobraban, porque los actos de los personajes ya nos lo decían todo. Conversaciones que recalcaban cosas que ya podíamos ver o que íbamos a ver pronto. Quizá estoy siendo un poco tiquismiquis y realmente son cosas que se necesitan dejar claras, quizá si no estuvieran esas pequeñas aclaraciones no se hubiera entendido, al fin y al cabo ¿qué sabré yo? Sin embargo, creo que hay un exceso de explicación innecesaria.


Me retiro diciento solamente que estos tres que menciono están maravillosos como no puede ser de otra manera. Y como conclusión, que, si no habéis visto Mujercitas, la veáis, yo procedo a buscar la copia más cercana a mí del libro de Alcott, que con un poco de suerte no será la versión censurada.

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