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Nuestra Señora de París y La Maldición de Hill House

Hoy os voy a hablar de dos clásicos que leí el mes pasado. Bueno, el primero más bien lo terminé el mes pasado, porque me ha costado lo suyo acabarlo, ahora os cuento por qué. He decidido juntarlos en un mismo post ya que ambas historias se desarrollan en torno a un personaje inmóvil y silencioso: un edificio.

Nuestra Señora de París

Título: Notre-Dame de Paris

Autor: Victor Hugo Género: Ficción histórica / Clásico Año: 1831 Páginas: 704 País: Francia Editorial España: Alianza

Sinopsis: En el París del siglo XV, conviven el archidiácono Claude Frollo; su protegido y campanero de Notre Dame, Quasimodo; y la bella gitana Esmeralda. Sus vidas se entrelazarán cuando Frollo se enamore perdidamente de Esmeralda y al no poder poseerla, haga lo imposible para condenarla. Quasimodo, bruto pero bondadoso, intentará brindarle asilo en la catedral y así proteger a la segunda persona que le ha mostrado amabilidad en toda su vida. Sin embargo, no sospecha que deberá proteger a Esmeralda de Frollo, su protector y figura paterna, el hombre que lo acogió cuando nadie quería ayudarle.





Tras leer Los Miserables y quedar encantadísima con todo el drama parisino, me dije: ¿por qué no leer la historia de Quasimodo? Total, la película de Disney está entre mis favoritas, seguro que Victor Hugo no es tan flojete con la violencia y tal, pero no puede ser mucho más diferente ¿no?


Inocente...


Me gusta cómo escribe Victor Hugo, voy a partir de ahí. Pero es un señor que a veces se pone muy retórico y mi cerebro tiende a dispersarse cuando tengo que parar dos veces en cada frase porque no me entero. Lo leí en el Kindle, y, si hay una cosa que no me gusta del e-reader, es que no sabes cuánto estás avanzando. Es decir, si yo me encuentro un capítulo especialmente aburrido, no puedo mirar cuánto me queda para terminarlo porque no me dice los números de las páginas y porque si me voy al final del capítulo, luego para encontrar por dónde iba, me las veo y me las deseo. Esto viene siendo lo que me pasó con Nuestra Señora de París, que hay un par de capítulos en los que Victor Hugo se enrolla como una persiana con el arte arquitectónico de París. Concretamente hay un capítulo muy al principio, en el que describe con todo lujo de detalles (casi 30 páginas) el París del S. XV. Que estaría muy bien si fuera algo así en general, pero el buen señor se pone específico nombrando edificios, iglesias y calles. Para empezar yo el callejero de París no me lo sé, pero es que encima se pone a describir las obras de ampliación de la ciudad y las murallas con todo lujo de detalles. Vadeé ese capítulo como buenamente pude, pensando que quizá sería importante para la trama más adelante (aunque sabía que retener, no estaba reteniendo nada) y/o que en medio de toda esa perorata diría algo importante. Nope. Me lo podría haber saltado y me hubiera quedado igual.


Más allá de eso, que puede ser muy interesante si lees el libro con un mapa al lado y te entretienes a mirar las cosas, la historia me ha gustado mucho. Como era de esperar Disney hizo un poco lo que quiso con la película, pero me sorprende la cantidad de cosas que dejó más o menos tal cual. He de decir que me cae mejor la Esmeralda de la peli que la del libro, pero también es verdad que la de Victor Hugo está en la edad del pavo.


Mentiría si no dijera que lo que más me ha entretenido de la novela es encontrarme con los pasajes que Disney mantuvo en la película y cómo los transformó para que acompañaran a su historia y fueran más apropiados para los niños. Sin embargo, también me ha gustado mucho conocer a los personajes en profundidad. Claude Frollo es más que un simple malvado y Febo no es el caballero de brillante armadura, de hecho, me ha caído bastante mal. Aunque Frollo es realmente malvado al final del libro, y la locura a la que se ve abocado da escalofríos, Febo no se queda atrás, lo cual me ha sorprendido. Realmente, tiene mucho más sentido para el mensaje de la historia que Febo, el guapo soldado, sea imbécil. Que se puede tener buen corazón y ser muy guapa ya me lo muestra Esmeralda, no necesito un interés romántico que sea exactamente igual a ella. Me parece mucho más interesante que sea Quasimodo el bueno del relato. Y, para finalizar la obra, Victor Hugo sigue la línea de Los Miserables y monta una matanza monumental, no deja títere con cabeza. Son unos capítulos apasionantes, aunque Victor Hugo los vuelve a cortar para meter una intervención del Rey que, a mí, sinceramente, ni fu ni fa.


En resumen, es una lectura que a veces se hace un poco espesa, pero la historia merece mucho la pena. Victor Hugo es un gran creador de personajes, así que se le perdonan los capítulos de palabrería arquitectónica, las frases en exceso complicadas y las elipsis a porrillo.


La Guarida (La Maldición de Hill House)

Título: The Haunting of Hill House

Autora: Shirley Jackson Género: Terror Año: 1959 Páginas: 256 País: EEUU Editorial España: Debolsillo, Valdemar

Sinopsis: El doctor en Filosofía y antropólogo John Montague, lleva años estudiando las perturbaciones psíquicas que se dan en las casas encantadas. Tras buscar incansablemente, un día encuentra Hill House, una mansión aislada y de la que se dice que está maldita. Montague la alquila y busca ayudantes dispuestos a vivir allí una temporada y a ayudarle a tomar notas de todos los fenómenos extraños que sucedan: Eleanor, una mujer que, tras muchos años cuidando a su madre enferma, se ha vuelto solitaria e introvertida; Theodora, una joven alegre y curiosa con una supuesta capacidad telepática; y Luke, un vividor y embustero, es el heredero de Hill House y es obligado a asistir por la propietaria de la casa.


Tras ver el año pasado la serie de Netflix y convertirse en una de mis favoritas de 2019, sabía que en algún momento debía leerme la novela. A lo que me puse a investigar un poco, me enteré que la novela y la serie poco tienen que ver más allá del nombre de la casa y de los nombres de algunos personajes, y que Shirley Jackson fue una gran novelista de terror que ha inspirado a grandes escritores como Stephen King. Ya tenía mi atención.


La Guarida o La Maldición de Hill House es una novela curiosa, si no te gusta el terror psicológico y que te cuenten las cosas a medias, no es tu novela. Jackson tiene la capacidad de transmitir extremadamente bien la sensación de intranquilidad que inunda la casa. En ningún momento se nos aclara si realmente hay entidades paranormales o todos los sucesos se explican con facilidad. Lo que más me ha impresionado de este libro es que, si te dejas llevar, Jackson consigue convencerte de mil cosas: que todo es una gran broma muy elaborada, que Eleanor se lo está imaginando todo, que hay fantasmas, que es una institución mental... La de teorías que he formado en mi cabeza para que luego Shirley Jackson no me diga lo que pasa en realidad. Y es que creo que, al final, es un poco lo que sucede en la realidad con estas "historias de fantasmas". ¿Quieres creer que los fantasmas existen? Vale, entonces Hill House está maldita. ¿No quieres creerlo? Entonces encontrarás una explicación razonable para todo. En base a lo que tú creas el final de Hill House te dice una cosa u otra.


Creo que es una novela corta que merece mucho la pena leer, sobre todo si te interesa mínimamente el género del terror. Y si te gusta Stephen King, por favor, lee a Shirley Jackson, es una influencia tan clara en la obra de este hombre que en algunos pasajes he pensado que parecía un relato suyo, y me he tenido que parar y pensar que Jackson es anterior a él.


Es verdad que a veces puede resultar muy caótico por las elipsis temporales, las paranoias de Eleanor y los diálogos confusos entre personajes aún más extraños. Que todo se cuente desde la perspectiva de Eleanor añade a esa sensación de desorientación ya que no sabes su estado mental. Empiezas pensando que es una mujer que por fin está liberada de sus ataduras, pero que todo el mundo sigue tratando como si fuera una niña, y terminas dudando de su cordura.


En cuanto al "personaje" de la mansión, me parece brillantemente siniestro. Jackson lo dota de una personalidad tan particular como la de sus otros personajes. Es una casa construida en un sitio poco habitual, con las paredes y los suelos ligeramente torcidos que desbarajustan tú sensación espacial, con decenas de habitaciones confusas y recovecos imposibles. La sensación de que Hill House es una constante prueba a la cordura de los personajes que, además, poco a poco les deforma, es impresionante.


Al final creo que todas las elipsis, las partes confusas, los diálogos extraños y que no se resuelve nada es un golpe magistral que te sumerge en la historia y te convierte en una de esas personas del pueblo que no saben lo que sucede con Hill House, pero tampoco tienen el más mínimo interés en acercarse a saberlo.



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